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¿Qué tipos de fuentes de combustible utilizar para la descarbonización?

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Electromovilidad

Energías verdes

4min
Renault Trucks T High Evo

¿Qué tipos de energía existen hoy en día para alimentar un camión?

Hay 4:

  • Diésel
  • Gas
  • Hidrógeno
  • Electricidad

Vamos a repasarlas una a una para ver cuál será la más eficaz para reducir las emisiones de CO2 2.

Obsérvese que todos los sistemas de CO2 citadas están calculadas de principio a fin, es decir, tienen en cuenta todas las emisiones de CO2 emitido, desde la producción de energía y vehículos hasta el final de la vida útil de los mismos. Estos cálculos se han realizado para un vehículo de 16 toneladas.

Gasóleo

Bio-Diesel, un éster de ácidos grasos producido a partir de aceites vegetales como la colza, proporciona un ahorro del 65% de las emisiones de CO2 en comparación con el gasóleo fósil y podría ser un buen complemento para descarbonización el transporte de mercancías por carretera. En la actualidad, es obviamente una de las soluciones más baratas.

Sin embargo, el uso del biodiésel para el transporte por carretera está restringido por las limitadas cantidades disponibles, y su producción también puede generar riesgos de deforestación y encontrar la competencia de otros sectores, como la producción de alimentos.

Para 2040, es muy probable que no más del 10% de los camiones utilicen este tipo de combustible.

Los combustibles sintéticos (XTL, HVO), los biocombustibles de segunda generación, permiten reducir aún más las emisiones de CO2 2. Obtenidos a partir de grasas animales, aceites usados o residuos forestales, no compiten con los productos alimentarios. Sin embargo, las cantidades disponibles actualmente son muy reducidas y probablemente seguirán siéndolo en las próximas décadas, ya que la cantidad de materias primas utilizables es limitada.

 

El e-diesel, producido con electricidad renovable, agua y CO2 procedente de la atmósfera, permite reducir las emisiones en un 65% con respecto al gasóleo fósil. Sin embargo, para que esté disponible se necesitan grandes inversiones que aún no son una apuesta segura.

Gas

Es decir metanoque existe en dos formas: el gas natural fósil y el biogás producido a partir de la fermentación de la gasificación de la materia orgánica (biomasa).

Gas natural fósil proporciona un ahorro de sólo el 5% de las emisiones de CO2 en comparación con el gasóleo. Por tanto, no es una opción viable para la descarbonización.

Biometano o biogás, producido por la fermentación o gasificación de la materia orgánica, sirve para emitir un 75% menos de CO2 que con el gasóleo. Sin embargo, las cantidades de biogás disponibles son, y seguirán siendo, limitadas. Por lo tanto, para su uso, el sector del transporte competirá con otros sectores empresariales, y su precio (4 veces superior al del gas natural en 2019) aumentará debido a la probable disminución de los fondos públicos para su producción.

El biogás emite óxidos de nitrógeno (NOx), lo que lo descalificará para su uso en la ciudad. Por último, su efecto potencial de gas de efecto invernadero, que contribuye al calentamiento global, es 86 veces superior al del CO2 en un periodo de 80 años, por lo que requiere una vigilancia muy estrecha para minimizar los riesgos de fugas durante su producción y transporte.

Es probable que un 10% de los camiones, probablemente los pesados, de larga distancia y de construcción, funcionen con biogás a partir de 2040.

Hidrógeno

El hidrógeno al que tenemos acceso actualmente, conocido como hidrógeno gris, se produce a partir de metano fósil y emite un 14% más de CO2 que el gasóleo de origen fósil. Sin embargo, el cambio al hidrógeno verde, producido mediante electrólisis renovable y con energía eléctrica, serviría para reducir las emisiones de CO2 hasta un 62%.

Esta transición se hará lentamente y a costa de fuertes inversiones, y el transporte por carretera seguirá estando en un punto en el que compite con otros sectores que no tienen otra forma de descarbonizarse. Por tanto, no cabe esperar su utilización a gran escala antes de la próxima década.

Las pilas de combustible de hidrógeno son la tecnología más avanzada en la actualidad. Estas pilas convierten el hidrógeno y el oxígeno en energía eléctrica. Un uso alternativo del hidrógeno es el de los motores de combustión, que pueden utilizar una forma menos pura y requieren menos refrigeración. Sin embargo, un inconveniente es que estos sistemas emiten una pequeña cantidad de NOx, lo que hace improbable su uso en las ciudades, y consumen un poco más de hidrógeno que las pilas de combustible.

Energía eléctrica

Por término medio, en Europa, la energía descarbonizada energía eléctrica producida a partir de fuentes de energía renovables o de generación nuclear permite actualmente un ahorro del 55% en las emisiones de CO2 en comparación con el gasóleo de origen fósil. En algunos países, como Francia, ese ahorro supera el 80%.

La tecnología de los motores eléctricos está al alcance de la mano, y la carga de trabajo de las baterías no deja de aumentar.

Sin efectos directos sobre las emisiones, los camiones eléctricos son la solución más eficaz a los problemas de contaminación urbana. Pueden recargarse por la noche -en las horas de menor consumo- en una conexión industrial trifásica o en un terminal de carga básico, funcionan de forma silenciosa y ofrecen una gran comodidad de uso a los conductores.

Aunque los vehículos eléctricos siguen siendo más caros que los que funcionan con gasóleo, la diferencia se está reduciendo continuamente y algunas aplicaciones, como la recogida de basuras, ya son totalmente competitivas. A partir de 2025, el coste total de la propiedad y el funcionamiento de un camión eléctrico de batería para uso urbano será inferior al de un camión de combustible diésel. Para esa fecha, todos los tipos de usos urbanos estarán cubiertos por camiones eléctricos.

Avanzar hacia la neutralidad del carbono

Un análisis "de la cuna a la tumba" de los camiones, de su coste total de explotación, de su facilidad de uso y de la disponibilidad de combustibles descarbonizados, nos ha llevado a prever el uso de los cuatro tipos de combustible disponibles para 2020 en las siguientes proporciones:

 

  • Un 0% de camiones que utilicen gasóleo de origen fósil o gas natural.
  • Hasta un 20% de camiones que funcionen con biocombustibles para los usos más pesados (transporte de larga distancia, construcción pesada, etc.).
  • Alrededor del 80% de los camiones estarán equipados con baterías eléctricas recargadas o con pilas de combustible de hidrógeno descarbonizado para los usos más exigentes. La proporción exacta de utilización de estas dos fuentes de energía es aún desconocida.

 

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